Después de dedicar más de dos décadas al sistema escolar de la ciudad de Nueva York, me retiré con mi esposo a la vibrante comunidad de St. Augustine, donde reavivé mi pasión por el arte. A lo largo de mi carrera, incursioné en el dibujo y la pintura, pero no fue hasta la jubilación que pude sumergirme por completo en la expresión creativa.
Mi trabajo se caracteriza por el expresionismo figurativo representativo, con un profundo amor por el color y un enfoque en la pintura de personas. Actualmente, me dedico a celebrar mi herencia puertorriqueña a través de mi arte, en particular las vibrantes tradiciones de los bailarines de bomba y los pleneros (tambores). La pasión y la energía de la bomba, una forma de danza afrocaribeña, inspiran profundamente mi trabajo.
Además, exploro temas de empoderamiento de la mujer, basándome en mis experiencias como mujer hispana. A través de mi arte, mi objetivo es iluminar, inspirar y empoderar a las mujeres y las niñas, representando su fuerza y resiliencia en diversos entornos.
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